martes, 29 de noviembre de 2005

Entrevista a una deprimida argentina

- ¿Cómo empezó su depresión?
- Un dia iba caminando y me cruce a un flaco con un Porsche, y me dijo, veni que te llevo a las nubes (como todos sabemos, con un Porsche de 80 mil dolares se puede recorrer el sistema solar) y me dieron tantas ganas de tener un porsche que cai en una depresion aguda y ahora no puedo salir...
- ¿Y qué hace en estos días de depresión?
- Fumo y tomo ron... si sigo me voy a morir mañana de cancer de pulmon (rie)
- ¿Y en qué piensa?
- En la mejor manera de morirme... algo con estilo. Algo como encontrar al dueño del Porsche, que es el culpable de mi depresion por demostrarme que el tiene un porsche y yo no, apuñalarlo (cosa que siempre quise hacer) y después tirarme abajo de un buen Porsche y que me pase por arriba... tiene su onda
- ¿Y la gente que dejaría si se matara con tanto estilo?
- Estoy demasiado deprimida como para pensar en el resto de la gente...
- ¿Mataría a alguien más además del hombre del Porsche?
- Si, tengo un par de ideas en la cabeza
- ¿Por ejemplo?
- Tendria que pensarlo bien... es demasiado delicado como para actuar impulsivamente
- Pero un depresivo no piensa, según lo que usted dice
- No soy depresiva... estoy deprimida... y probablemente a usted lo mataria ya que insiste
- Pero ¿Tiene razones para hacerlo?
- No sé, pero estoy deprimida y los deprimidos no piensan, actuan impulsivamente
- Sé de lo que está hablando, a todos nos pasa

Martín

Maten a cualquiera

sábado, 26 de noviembre de 2005

He equivocadome

Yo lo acepto, hay muchas veces que uno se equivoca. Bueno, en eso estamos todos de acuerdo... Uno se puede equivocar de muchisimas maneras. Uno puede equivocarse con más o menos intención. Uno puede equivocarse por estar ebrio o equivocarse por estar demasiado sobrio. Quién no se ha equivocado por pensar poco o equivocadose por haber pensado demasiado lo que no debía. Está también quien se equivoca por exceso y quien se equivoca por quedarse corto. Digamos, uno puede mandarse cagadas de muchas formas distintas... ahora, para equivocarse estando dormido hay que ser un pelotuuuuuuuuuuuuuuudo. Soy el peor, lo acepto.
Bon voyage, chicas... perdón, Naty.

Martín

Ser un paria en París

viernes, 25 de noviembre de 2005

Si de casualidad tenés ganas de leer algo... lee

La vida es un montoncito de casualidades. Sí, suena cursi, estoy totalmente de acuerdo, pero las cosas como son y así es la vida. Uno entra, sale, hace, deshace. Uno ama y desama, detesta, aborrece, siente impotencia y vuelve a hacer. Sí, es lógico, pero ¿por eso no tengo que decirlo?. La causa no se puede ver, nunca está, no es más que la vida misma, la causa de todo. Sí, suena pragmático, lo sé. Una casualidad detrás de otra y efectos que van desatando otros efectos y casualidades amigas que te llevan para todos lados. Acá no sirven los predestinamientos ni predeterminaciones, quien piense que sí va a sufrir mucho, loco. Sí, es cursi, es efectista, es lógico... pero se los digo, che, se los digo porque tal vez alguien entra a mi blog por casualidad y por casualidad entra después de que publique esto y por casualidad leer esto y lo ayuda, quién sabe?.

Martín
La ciudad se nos mea de risa, nena

domingo, 20 de noviembre de 2005

Si existiera

Si la felicidad existiera
no sería gran cosa,
aceptemoslo.
Si la felicidad existiera
habría que buscarla todos los días,
en el dobladillo del pantalón,
en la página 38 de ese libro.

Si la felicidad existiera
no sería una gran cosa,
sería un montón de cositas.
Inventemosla,
que sea un mechón de pelo,
un par de fotos en la pared,
dos pares de pies desnudos,
un beso madrugador en la frente.

La felicidad sería
muchas más cosas
que lo que es
la felicidad.
Martín
p.d: la ubicación no es exactamente esta, pero tuve que adecuarme a la página, si no salía todo de corrido... sigan los renglones

sábado, 19 de noviembre de 2005

Es mi ciudad... lo acepto

Ayer vi muchas cosas en la ciudad, varias sorprendentes, varias conocidas pero magníficas. La gente, con el calor, se junta más, anda por las calles.... el reloj del taxi se prende cuando te sentas y el humo en los bosques de Palermo no es de un incendio, es de los puestos de choripan... a quién no le gustan esos choripanes? o un sangüichito de vacío? Ayer descubrí que las mujeres siempre pagan mucho menos... en la entrada de los boliches y en las barras. También vi pasto teñido de violeta, sí, sí... y vi un sol enorme que me encandilaba cuando yo esperaba salir de la oscuridad a otra oscuridad. Ayer no vi a mi viejo en todo el día... sí, puede ser normal, pero desapareció de su propia casa, no fue a dormir, no fue a desayunar, no fue a almorzar y sigue sin ir... Hoy a la noche será, probablemente, una noche de calor para pasear por Corrientes, en un ratito lloverá un ratito y luego el calor. Hoy, la ciudad estaba muy silenciosa, la gente andaba calladita, arrastrando su cuerpo por las veredas que se pegaban a la suela de las ojotas... Hoy también vi cosas (menos a mi papá), Buenos Aires es hermosa.
Martín

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Pretenciones

Cuánto más pretende el mundo? cuánto más puede exigirle a uno? Uno debe ser un hombre, antes que nada, un civilizado - ya esto es bastante dificil -. Uno debe ser creyente, crea en lo que crea, no importa el objeto si no que creas en algo. Uno debe ser un hombre civilizado y creyente pero no desmedido, ni desmedidamente civilizado, mundano, ni desmedidamente creyente y utópico. Uno debe ser integro pero al mismo tiempo no debe ser egoísta. Uno debe ser uno mismo y considerar bien lo que piensa y dice, pero debe pensar y decir lo que otros quieren escuchar. Uno debe tener exito y si no por lo menos tener "cabeza". Uno debe ser sano y hacer terápia, pero nada de andar hablando mucho de sexo ni intentar hacer cosas raras. Uno debe ser feliz. Uno debe ser sano, civilizado, pensar lo que piensa y lo que dice, creer aunque sea en que el mundo es redondo, dar y no esperar recibir, pararse derecho, fumar menos, hablar sin gritar, hacer deporte, lavar los platos, estudiar, no decir insultos en público, comprar el diario, sacar a pasear el perro y levantar la caca, lavarse la cara todas las mañanas y, sobre todo, no reirse muy fuerte para no molestar.
El mundo espera demasiado de uno y yo... soy simplemente un pobre pibe.
Martín

sábado, 12 de noviembre de 2005

A la señorita de verde

Señorita, usted sabe lo que me hizo? No, como va a saber, no tiene ni la más remota idea. Me lo hizo usted, sí, no mire para otro lado, no haga la que no escucha lo que pienso, me lo hizo usted, este tajo, sí. Cuándo se preguntará, cómo hice yo para hacerle eso, si yo sólo pasé por al lado suyo y nada más, se preguntará. Pues le respondo, señorita, a pura honra, desde el fondo de mi pecho, que la culpa es pura y exclusivamente suya, que la culpa le carcoma los huesos hasta que me entienda, porque estas cosas no se hacen al pasar, eso no se hace, es de mala educación. No se apure, no me ponga esas caras, no me mire con ese tono de voz, señorita, que las explicaciones ya llegarán, pero ahora no es momento de hablar, dejeme que me acerque, un paso no más. Está bien, ya le explico, pero mireme, no se dé vuelta, por favor, mireme, es muy sencillo, es su perfume, ahí está la clave de todo, su perfume, sí, aunque le parezca raro. Contenta ahora? está más tranquila? qué se imaginaba que le iba a decir? yo no soy un cualquiera, señorita, ahora me deja acercarme, claro, me entiende, hagase cargo, le pido, de esta herida, se da cuenta?, se da cuenta lo profundo que ha llegado su perfume para decirme que debo hablarle indefectiblemente? Tu perfume, permitame que la tutee, me ha socabado en lo profundo de mi autoestima, me ha hundido una daga caliente en el pecho.... pero debo admitir que su vestido verde tiene un relleno interesante. Me permite invitarla con un café?

Martín