martes, 14 de noviembre de 2006

Pero en fin, ¿qué quiere?

Cuatro de la mañana de un día-noche- bastante improductivo(a). Quería escribir algo, no pude. Decidí citar. Dos "capítulos" del libro Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes. Altamente recomendable, no tiene desperdicio (me costó elegir qué citar, y eso que aún no llegué ni a la mitad).

La catástrofe

Catástrofe: Crisis violenta en cuyo transcurso el sujeto, al experimentar la situación amorosa como un atolladero definitivo, como una trampa de la que no podrá jamás salir, se dedica a una destrucción total de sí mismo.

1. Hay dos regímenes de desesperación: la desesperación lenta, la resignación activa ("Te amo como es preciso amar, en la desesperación"), y la desesperación violenta: un día, después de no sé qué incidente, me encierro en mi habitación y rompo en sollozos: me lleva una ola poderosa, asfixiado de dolor; todo mi cuerpo se resiste y se revuelve: veo, como un relámpago claro y frío, la destrucción a la que estoy condenado. Nunguna relación con la humillación insidiosa y en suma civilizada de los amores difíciles; ninguna relación con el pasmo del sujeto abandonado: no me autocompadezco. Es puro como una catástrofe: "¡Estoy perdido!"

(¿Causa? Nunca solemne, de ningún modo por declaración de ruptura; llega sin advertencia ya sea por el efecto de una imagen insoportable o por el brusco rechazo sexual: lo infantil -verse abandonado por la Madre- pasa brutalmente a lo genital)

2. La catástrofe amorosa está quizás próxima de lo que se ha llamado, en el campo psicótico, una situación extrema, que es "una situación vivida por el sujeto como algo que debe destruirlo irremediablemente"; la imagen surge de lo que se pasó en Dachau. ¿No es indecente comparar la situación de un sujeto con mal de amores a la de un recluso de Dachau?¿Una de las injurias más inimaginables de la Historia puede reencontrarse en un incidente fútil, infantil, sofisticado, oscuro, ocurrido a un sujeto cómodo, que es sólo presa de su Imaginario? Estas dos situaciones tienen, sin embargo, algo de común: son, literalmente, pánicas: son situaciones sin remanente, sin retorno: me he proyectado en el otro con tal fuerza que, cuando me falta, no puedo recuperarme: estoy perdido, para siempre.


¿Por qué?

Por qué: al mismo tiempo que se pregunta obsesivamente por qué no es amado, el sujeto amoroso vive en la creencia de que en realidad el objeto amado lo ama, pero no se lo dice.

1. Existe para mí un "valor superior": mi amor. No me digo jamás: "¿Para qué?". No soy nihilista. No me planteo la cuestión de los fines. Nunca hay "porqués" en mi discurso monótono, sino uno solo, siempre el mismo: pero ¿por qué no me amas? ¿Cómo puede no amarse ese yo que el amor vuelve perfecto (que da tanto, que hace feliz, etc.)? Pregunta cuya insistencia sobrevive a la aventura amorosa: "¿Por qué no me has amado?"; o más aún: "¡Oh!, dime, amor de mi corazón, ¿por qué me has abandonado?!: "O sprich, mein herzallerliebstes Lieb, warum verliessest du mich?"

2. Pronto (o al mismo tiempo) la pregunta no es ya: "¿por qué no me amas?", sino: "¿Por qué me amas sólo un poco?" ¿Cómo haces para amar un poco?¿Qué quiere decir amar "un poco"? Vivo bajo el régimen del demasiado o del no bastante; ávido de coincidencia, todo lo que no es total me parece parsimonioso; lo que busco es ocupar un lugar desde donde las cantidades no se perciban más, y de donde el balance sea proscrito. O incluso -puesto que soy nominalista-: ¿por qué no me dices que me amas?

3. La verdad es que -paradoja exorbitante- no ceso de creer que soy amado. Alucino lo que deseo. Cada herida viene menos de una duda que de una traición: porque no puede traicionarse sino quien ama, no puede estar celoso sino quien cree ser amado: el otro, episódicamente, falta a su ser, que es el de amarme; he aquí el origen de mis desgracias. Un delirio, sin embargo, sólo existe si despertamos de él (no hay sino delirios retrospectivos) : un día comprendo lo que me ha ocurrido: creía sufrir por no ser amado y sin embargo sufría porque creía serlo; vivía en la complicación de creerme a la vez amado y abandonado. Cualquiera que hubiese entendido mi lenguaje íntimo no habría podido menos que exclamar, como se lo hace de un niño difícil: pero en fin, ¿qué quiere?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Definitivamente quiero leer ese libro!...Estoy segura que alguno de mis dos queridos compañeros de facultad me lo va a prestar unos días, luego de ésta catastrófica semana...no?....jajajajaj...


Besito grande* (lo sigo sosteniendo, y tenemos toda la justificación semántica)

- Julieta - dijo...

Feliz Cumpleaños a tu Blog que ya tiene un añito!!!
besos.

Ezequiel M. dijo...

Mirá vos, el primero de octubre cumplió un año y no nos dimos cuenta!!!!!
Cualquiera!
Fiesta Cold Turkey en cualquier momento para festejar un año de escribir pelotudeces!