"Tendrías cambio" preguntó, mostrandole un billete de dos pesos a esa chica morena a la que unos dedos un tanto deformes le sobresalían de las sandalias. No se imaginó que esa misma chica, o sea yo, sería la que la torturaría, tiempo después, en aquel baño de horrendos azulejos celestes. Yo tampoco lo sabía aún.
La verdad es que esto me parece un buen comienzo para un cuento, así que decidí pedir a los poco frecuentes (y poco abultados) pero fieles, concurrentes a este blog que sugieran posibilidades para el cuento. Nada, algo tipo un juego digamos, veremos que sale. Posteen, gente.
Ezequiel
martes, 15 de agosto de 2006
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1 comentario:
Me puse un poco nerviosa y busque con manos sudorosas las dos monedas. Se las dí y nuestras manos se rozaron. Ella se fue rápido y se dejó olvidado un cuaderno oficio de hojas cuadriculadas. Adentro había apuntes de una clase de francés.
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