En las benditas indecisiónes de la vida uno anda a veces medio perdido. Vale aclarar, uno es lo que es y anda siempre con lo puesto; pero a veces lo puesto no alcanza y lo que es se transforma en innecesario. Si intentaramos volver tal vez caeríamos de nuevo en el pozo, o nos comeríamos la piedra... quién sabe. Lo más terrible es poder decidir para donde ir, lo más terrible no es ser un monstruo sino ser humano.
Martín, paradito en la esquina
martes, 6 de junio de 2006
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