martes, 7 de febrero de 2006

Fantasías y aforismos

No quedan búsquedas sin el rocío de las piedras circundantes. Los fuegos inexpertamente alocados, hacen de mí, un lugar rebobinado. Maquiavélicos altares, sombras pantanosas... todo eso y más no queda. Es un sobrevuelo hacia la profundidad ardiente de los infinitos próceres del destino. ¿Dónde se encuentran? ¿existen?. Ya nadie puede contestarlo, y menos responderlo. Mas es posible que sobre un altiplano de dificultades, alguien logre conseguir las sobras del eco sonoro. Pero ¿Qué sonido duerme en el fondo de este abismo?, probablemente duerma sin descanso, y sobre ninguna pausa encontrará fragor. Sus pensamientos son retumbantes dentro de las posibilidades muertas. No tiene ni comienzo ni fin, por lo que ambos se complementan en un gran y hermoso punto de fuga. Es la línea incesante del tiempo, la cual no sabe recortarse en partes, para luego poder evitar la eternidad y encontrar su patrón de periodicidad. ¿Será temor, acaso, lo que sufre?. Es algo inaveriguable, insondable... Una verdad oculta en tantas mentiras relampagueantes. Irónico, como un gran nunatak de hielo escabulléndose entre las rocas. Ya llegó, y nadie lo puede perseguir, pero su codicia lo llevará a un final no tan calculado por esos tan favorables augurios que alguna vez pudo y supo interpretar. Se queda sin su dios, sin su Dios... solo en un mundo de barreras. Sólo en un mundo de barreras puede ocurrir tan grande crimen. Tan grande y tan perfecto, tan hermoso. Éstas son las delicias que mucha gente encontrará jamás, y muchos pocos saborearán en vano. No hay que juzgar al poder para encontrar esa puerta tan visible que te puede conducir a donde ni los pocos honores se pueden salvar. No hay que encontrar las razones, tal vez necias, de un poderío dogmático y razonable, para iluminarse con complejidades elementales. Si no hay espacio, el ser íntegro se expandirá, y así logrará apaciguar ese caos, esa entropía tan encontrada en cada rincón, en cada instante, en cada ínfima partícula...
¿Hay necesidad de tanto, acaso?. No, no es necesario. Pero aún así, inevitable. Y tan inevitable como impreciso. En su totalidad, muchos tratarán de comprenderlo, pero pocos invocarán su sentido, sea por uno u otro motivo de sabiduría o simple pasión, simple curiosidad, simple suerte. Valioso es saberlo, pero en vano es intentarlo. No aparece si se lo quiere, pero sangra repentinamente. Y sus efímeras gotas pueden controlar esta utopía idílica, con un pequeño esfuerzo, casi nulo, casi cero...
Contradicciones. Modestias. Ya nadie despierta, mas ya nadie duerme. Neutros, Inertes, logramos cumplir Su objetivo. Apagados, solventados, pudimos darles el don divino. Ya todo es absoluto, ya nada perdura en subjetividad. Ya no hay miradas, ya no quedan de esas tan expresivas, que alguna vez supieron mostrarnos el significado de estar, de ser, de vivir, de querer, de amar, de sonreír, de sentir. Ya no hay vuelta atrás... o tal vez sí.
Elefece y Martín (o Gastón y Ezequiel, todo depende)
Todo sea por no aburrirse en clase

1 comentario:

lu* dijo...

esto es así:
eso ya lo leí
paja opinar, che.

te quiero
volvete pronto.